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Résumé :
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El Prado es el museo favorito de Ximena Maier. Lo conoce muy bien, pues lleva más de treinta años paseándose por sus salas. Sus visitas suelen ser cortas. Algunas veces lo cruza de lado a lado, y otras acude en busca de sombreros, perros, cabezas cortadas, zapatos o los personajes a los que considera más atractivos, para reunirse con su pintor favorito o para detenerse a contemplar una obra en partucularo. En ocasiones se trata de una simple excusa para huir del calor o de la lluvia. Pero siempre aprovecha para examinar con atención todo lo que sucede a su alrededor, escuchar las conversaciones y los comentarios de los visitantes y, por supuesto, dibujar.
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